Déjate seducir por la magia del agave, una planta que es mucho más que una simple materia prima. En cada botella de Gotas de Dios, encontrarás el resultado de un proceso artesanal que honra la memoria de Mayahuel y celebra la riqueza de la tierra mexicana.
En los remotos rincones de Michoacán, donde las montañas se alzan imponentes y el viento susurra antiguas leyendas, se encuentra la destilería de Gotas de Dios, donde habita el Maestro Mezcalero Don Lupe Pérez. En este sagrado lugar, la esencia de Mayahuel y el arte ancestral del mezcal se entrelazan en una danza eterna.
Dice la leyenda del mezcal que ¡Solo los sabios sabrán valorar el tesoro de Mayahuel!, Descubre el proceso único enriquecido con la sabiduría del Maestro Mezcalero "Don Lupe" y el pueblo de Tzitzio, Michoacán, para disfrutar de este legado ancestral.
Don Lupe es un hombre de mirada profunda y manos curtidas por el trabajo de generaciones. Aprendió los secretos del mezcal de su abuelo, quien a su vez los había heredado de su ancestro. Pero Don Lupe tiene algo más: una conexión especial con la leyenda de Mayahuel.
Seleccionando cuidadosamente las piñas maduras de agave, cortándolas con reverencia y respeto, como si estuviera tocando un tesoro ancestral.El horno de piedra, alimentado con leña de los bosques circundantes, es el corazón de nuestra destilería. El aroma del agave cocido se mezcla con el humo fragante de la leña, creando una atmósfera que parece impregnada de la misma magia que ha dado origen al maguey.
La fermentación se lleva a cabo en grandes tinas de madera, donde las levaduras salvajes danzan al ritmo de antiguas melodías. Don Lupe cuida cada paso del proceso, asegurándose de que el espíritu de Mayahuel guía sus manos en la creación del elixir divino.
Finalmente, la destilación tiene lugar en su alambique de cobre, una obra maestra de la artesanía local. El mezcal que fluye de sus tubos de cobre es más que una bebida; es una conexión con lo divino, un tributo a la belleza efímera de Mayahuel y a la magia del agave.
Con ello surge Gotas de dios donde en cada botella de mezcal es una oda a la tradición, al amor y al sacrificio.
En cada sorbo, se puede sentir la presencia de Mayahuel, recordando al mundo la importancia de honrar nuestras raíces y celebrar la vida en todas sus formas. Y así, el mezcal de Gotas de dios se ha convertido en una leyenda, una historia que se contará de generación en generación, como un tributo eterno a la belleza y al poder del agave.
Cuenta la historia que Mayahuel era una joven hermosa, nieta de una Tzintzimitl. Cierta noche, Quetzalcóatl y Mayahuel se encuentran para amarse, convertidos en la forma de un arbol bifurcado; pero cuando la Tzintzimitl despierta y no ve a su nieta, baja a la Tierra a buscarla y la descubre con Quetzalcóatl, apenas separándose de las ramas.
Entonces, despedaza a Mayahuel y abandona sus restos para que sean devorados. Quetzalcóatl los entierra y de ellos brota la planta del maguey o agave; de ella se producen el mezcal, algo divino.Por eso, su proceso de creación es una ceremonia sagrada.
Después de 8 a 10 años de ser cuidados como un tesoro, nuestra gente realiza la Jima de los magueyes con una precisión y destreza excepcional, cortando las pencas en el momento preciso, en su punto optimo con la ayuda de una trinchera herramienta tradicional en la Jima.
La dedicación y el arte se entrelazan para transformar
Convirtiendo la rudeza de la naturaleza en una obra maestra.
En cada paso de este ancestral proceso
Mas de 8 años de dedicación en cada gota.
La destilación es un proceso meticuloso llevado a cabo en un alambique de madera de estilo filipino. En primer lugar, el mosto resultante de la trituración de las piñas se vierte en un cazo de cobre colocado sobre una hornilla enterrada bajo tierra. Encima de este cazo se coloca el alambique, seguido de una copa también de cobre, que se llena continuamente con agua fría. Cuando el vapor del mosto asciende y choca con la copa fría, se condensa y gotea por el pico invertido, cayendo en una cuchara y luego recogiéndose en garrafas.
Este primer destilado se conoce como "ordinario" y generalmente tiene una graduación alcohólica que oscila entre 25° y 32°.
Luego, se lleva a cabo una segunda destilación utilizando el ordinario obtenido previamente. Durante esta segunda destilación, se obtienen diferentes fracciones: las "puntas" o "flor" con una graduación alcohólica entre 70° y 80°, el "cuerpo" o "mezcal floreado" con una graduación entre 35° y 55°, y las "colas" con una graduación de 15° a 20°, que se utilizan para ajustar la graduación alcohólica final del mezcal.
Una vez determinada y ajustada la graduación deseada para su comercialización, el mezcal se envasa cuidadosamente, listo para que puedas disfrutar de esta bebida milenaria. Un proceso que ha requerido más de 8 años de dedicación tanto de la naturaleza como del hombre para su creación.
Intenso sabor dulce, con marca- dos sabores a cítricos y frutos rojos que dejan una sensación fresca, más un toque fino y sutil a madera. Sensación alcohólica media, siendo muy congruente este mezcal tanto en aromas como en sabor.
Resalta notas aromáticas profundas a la piña cocida del maguey, sutilmente ahumado, y rocío fresco, así como notas intensas a cítricos y frutos tropicales. Sensación alcohólica media que permite apreciar los frescos aromas que nos ofrece este mezcal.
Nos encanta recibir los comentarios de nuestros clientes, por favor envíanos tus opiniones sobre nuestro mezcal.
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